Fanfarrones de la Sagra, en plena preparación de su fiesta de la “Cabramada”: tradición de alimentar entre el pueblo a una cabra durante una semana y luego quemarla. Zebedea, la alcaldesa, recibe una llamada prohibiendo la realización de dicha costumbre porque atenta contra la ley y dejarán de recibir ayuda pública. Esto, trastoca los planes de la alcaldesa, ya que detrás de este festejo hay una maquinaria de tejemanejes que lleva años engrasada. Esto, la enfrentará con su propio partido, vecinos y a todo el que se le ponga por delante con tal de hacer lo que estaba previsto en sus planes.

El pueblo como paraíso idealizado en el recuerdo para muchos. Para otros, realidad asfixiante y opresora con la que lidiar día a día. Un espacio para encontrarse o reencontrarse con una pantonera de vivencias que constituyen una amalgama de polifónicas voces, permitiéndonos realizar una radiografía de lo que allí habita.