Dicen que un hijo te cambia totalmente la vida y eso es exactamente lo que les sucede a los protagonistas de esta historia:
Carlos y Claudia, una pareja de la vida moderna que acaba de cumplir el sueño que tanto deseaban: ser padres. Pero, ¿qué sucede si su retoño no es como ellos imaginaban?
La llegada del pequeño trastoca totalmente la vida de esta idílica pareja y les suscitará preguntas acerca de la existencia humana o extraterrestre, las relaciones y los sentimientos, provocando situaciones de lo más surrealistas.
PANTONE 361 es una comedia que tiene a “lo diferente” como protagonista, que de una forma colorista y luminosa interpela directamente al espectador y a sus prejuicios planteando la pregunta sempiterna: ¿qué es ser normal?
Una obra cargada de humor que sin embargo tiene el poso trágico de los silencios desgarradores, de la culpa y de la resiliencia. Porque las personas nos identificamos fácilmente con la inclusión y la abrazamos con condescendencia cuando nos es ajena, pero la cosa cambia cuando esta circunstancia nos toca en primera persona.
Carlos y Claudia, una pareja de progenitores vocacionales, ilusionados y primerizos, acaban de tener a su primera criatura y por azares del destino, esta no les ha salido precisamente como habían imaginado. Lo que tendrán que sortear a continuación será toda una marea de dudas, un alud de cambios repentinos y una reconstrucción de sí mismos para afrontar, con mayor o menor suerte, la nueva realidad sobrevenida.
Compartiendo universo con el fenómeno internacional La mala costumbre de Alana S. Portero, con una temática que evoca ligeramente a la conmovedora Forever de Kulunka Teatro y con cierta reminiscencia de la novela gráfica El bebé verde de Roberta Marrero, Pantone 361pretende desestabilizar los dinteles de la sociedad contemporánea, acaso menos moderna de lo que nos creemos.